"Yo quería ser artista y descubrí a destiempo que no tenía talento suficiente. Esas cosas siempre se descubren a destiempo, sólo se descubren a destiempo, y no dejan espacio libre para descubrir ninguna cosa más."

Castillos de Cartón, ALMUDENA GRANDES

domingo, 30 de octubre de 2011

Viviendo de prestado

Me  habían dicho que me iba porque quería, o eso había entendido yo...
Estaba acostumbrada a irme de casa de vez en cuando, sobretodo cuando llegaba el fin de semana y no me sentía capaz de pasar 48 horas seguidas con ellos, fingiendo ser la familia que realmente no éramos.
Estaba acostumbrada a irme, y ellos lo habían aceptado... sabían que me iba los viernes y que volvía el domingo por la noche, para empezar la semana de vuelta en casa. Creí que les parecía bien que me fuera porque así me distraía, creía que ellos lo aceptaban porque era lo mejor para mí, porque me sentía bien; pero no, ellos no habían aceptado nada, simplemente se habían acostumbrado, esperaban con ansia los viernes, a veces jueves, en los que me marchaba, supongo que incluso deseaban que no fuera domingo para no volver a verme, pero yo, ilusa de mí, volvía siempre a "mí casa".

"¿Sólo para eso vuelves? ¿para joder a los demás? Para eso no vuelvas, quédate lejos de aquí."

Aún no entiendo muy bien porque me duele, no tendría por qué hacerlo... supongo que en el fondo aún espero que podamos ser una familia digamos, normal, pero no, esto nunca va a ser una familia "normal" porque no nos queremos, nos odiamos y solo nos aguantamos por que hay un papel que dice que somos familia. Vivimos fingiendo ser como la familia de Carlos IV, todos felices, contentos y satisfechos, pero realmente todo es una gran mentira.

Cuando un día te despiertas y te das cuenta que toda tu vida has vivido de prestado, te quieres matar... Y no es que sea novedad que mi vida es una farsa y que la gente que me rodea no son más que desconocidos que solo se ocupan de sobrevivir, no; es solo que acabas de darte cuenta que tienes menos que nada y que ya no puedes más... Que no tienes valor (porque eres una COBARDE) para suicidarte; porque lo has intentado y no puedes. No te sirvió un cuchillo, ni el borde blanco de la ventana de un séptimo piso, ni el atracón de combinaciones de pastillas que recopilaste durante años, nada.
Estás harta pero no sabes que hacer, nada tiene solución, ni siquiera llorar, pero lo sigues haciendo y eso te llena de mucha más rabia de la que tienes acumulada.

¡Asco!

Cuando lo único que tienes claro es que quieres acabar con tu vida y ni siquiera eso puedes hacer, te sientes cobarde, inútil, asquerosa y horrible... Y entonces dejas de sentir.


"La familia de Carlos IV" (1800)
Francisco de Goya

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